domingo, 11 de abril de 2010

La irremediable despedida que acontecía a aquellos besos de café era quizás lo que hacia que fueran tan eternos como efímeros, tan conocidos como extraños, el todo en la nada... la libertad de estar preso en alguien…como decía Cernuda. Huracán entre brisas que acalla suspiros para tornarlos en abismos. Este continúo sinsentido que se ha atado a mi sombra y me persigue por mis infiernos… que mi piel ha hecho suya; esta piel egoísta, que más que piel es espina, se dedica a clavarse en cada costado que la toca sin importarla un ápice el clamor ahogado que produce.

1 comentario:

Kitty Florencia dijo...

He de decir que nunca había entrado a tu blog, de hecho es que no sabía que tenías... Uff cómo no lo hice antes, me encanta..