lunes, 27 de septiembre de 2010

Me han dejado a solas conmigo misma, justo hoy que no me soporto. Intento alcanzar una fantasiosa quietud mental, pero como siempre término haciendo apología de la nada.
Cierro los ojos, imposible dormir. Miro al techo, parezco reflejarme y eso lo empeora todo. Las paredes me devoran, el calor me aplasta, tan solo queda arrancarme la piel y tampoco tengo fuerzas.
Trato de llorar frenéticamente pero nada…pasan horas, días.. O quizás apenas unos segundos pero he perdido la noción del tiempo y del espacio.. todo ha tornado negro, ni siquiera noto mi pulso o respiración, ¿qué importa al fin y al cabo? Si ni siquiera mis latidos pueden gritar.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

La verdad... ahora que el cristal ha dejado de ser opaco, mi desesperación por encontrarme va cesando…calmándose más bien. Sin embargo la herida se acrecienta al paso de la luz. Se me nublan los sentidos pero me abre los ojos, debe ser la luna... es que aún no te has dado cuenta de que en Madrid no se ven las estrellas.