domingo, 31 de enero de 2010

Llevo días buscándote desesperadamente… creo que te dejé en su habitación, entre las sábanas o en el sofá, quizás te ha vuelto a dar por esconderte bajo la cama, dispuesta a entregarte a los monstruos que bajo ella habitan, suicida.. Huyendo de mi, loca por olvidarme.

martes, 19 de enero de 2010

Y me encontré sobrevolando tus esquinas,
viviendo en tu omoplato izquierdo.
Atrapada en aquel lunar al lado de tu ombligo,
sin más remedio que errar por la comisura de tus labios..

miércoles, 13 de enero de 2010

No he podido evitarlo.
Mi sentido común nadaba contracorriente tratando de pararme, mientras mis pies se dejaban llevar al compás de las gotas.
Me sobraba el paraguas, me sobraba la ropa, me sobraba hasta respirar.. Mi alma bombeaba un grito ahogado que preguntaba “¿donde estás?” a cada paso, y una vez allí se hizo insoportable. Podría haber echado a correr y haber huido, pero a pesar de que cada escalón era una bala en mi cuerpo, no quería. Las lágrimas echaban una inminente carrera por mis mejillas, mientras los recuerdos se agolpaban en mis manos abrumándome. “Ya está, loca, no te hagas más daño” me dije a mi misma sacando fuerzas de debajo de la tierra para levantarme, “ya está”.


trece de enero, 2010.

domingo, 10 de enero de 2010

Le miró. Veía como movía los labios, estaba gritándola pero no le escuchaba; le oía como un runrún continúo que no cesaba pero no se molestaba en parar a comprender lo que decía. Gesticulaba violentamente con las manos, haciendo ademanes de pegar a las cosas: a la mesa, tirar la taza de café al suelo, pegarla a ella… debía ponerle histérico que ella no hubiera abierto la boca en el cuarto de hora que llevaba haciendo aquel monólogo a gritos, porque se quedaba callado un instante y volvía al ataque. De repente ella puso la mano estirada en señal de stop, ante lo cual él se calló sorprendido y dijo:
-¿Sabes? Eres una aceituna con hueso.
Se levanto, recogió su bolso, se puso el abrigo, y ante la atónita mirada de él, se fue.