Me he terminado cerciorando, todo lo que añoro es sueño.
Tus manos, humo en mí, extensión de mi piel, huella perpetua. Surcas cada una de mis noches, anhelando tus mares; cobarde oleaje.
Lidero un complot al corazón, derrocarle del mando, anarquía de mi cuerpo.. Así que vuelvo a amarrar las plumas de pavo real a mi espalda, continúo la huelga contra mis impulsos, aún no ha pasado la guerra.
miércoles, 20 de octubre de 2010
lunes, 11 de octubre de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)