miércoles, 20 de octubre de 2010

Me he terminado cerciorando, todo lo que añoro es sueño.
Tus manos, humo en mí, extensión de mi piel, huella perpetua. Surcas cada una de mis noches, anhelando tus mares; cobarde oleaje.
Lidero un complot al corazón, derrocarle del mando, anarquía de mi cuerpo.. Así que vuelvo a amarrar las plumas de pavo real a mi espalda, continúo la huelga contra mis impulsos, aún no ha pasado la guerra.

1 comentario:

Glo. dijo...

Hacía mucho que no te leía :)
Me algra saber que sigues escribiendo... Y ahora más que nunca, parece ser que nadie tiene el control de su cuerpo y mente en estos días que corren.
Espero que estés bien a ver si quedamos para tomarnos es ansiado café (en mi caso análogo a él).
Un beso enorme!

P.D: A ver si te pasas por mi blog! Muak